FESTIVAL AL ESTE 2025: 3 TÍTULOS DE LA COMPETENCIA OFICIAL
- Gonzalo "Sayo" Hurtado
- hace 3 días
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Echó a andar la edición 16 de la cita que nos trae lo mejor del cine de Europa del Este y aquí los comentarios de 3 producciones muy disímiles de Polonia, Eslovenia y Austria.

-“BAJO EL VOLCÁN” (Polonia) de Damian Kocur: La historia parte de una premisa que no podría tener más actualidad en el momento presente, cuando una familia de Ucrania queda en total desconcierto cuando durante sus vacaciones en Tenerife, su país es invadido por Rusia. Lo que debería ser un trip pleno de relajo y entretenimiento se convierte en un viaje errático, desconcertante y cuestionador. El grupo integrado por Roma (Roman Lutskyi), sus hijos Sofia (Sofia Berezovska) y Fedir (Fedir Pugachov) y su nueva esposa, Nastia (Anastasiya Karpenko), se ve asaltado por una sensación de inseguridad que le quita el foco al viaje para ser consumidos por emociones mezcladas que corroen el ánimo general. Aunque la trama inicia con vigor y nos mantiene a la expectativa de cada crisis, el conflicto se vuelve difuso al no definir con firmeza el cierre de cada historia personal, sintiéndose más de una vez la sensación de un final postergado. En dicho contexto, es la historia de Sofia, que entre sus existencialismos adolescentes y la incertidumbre frente al panorama bélico, es la que insinúa más interés, pero que no termina de cuajar del todo. Pese a ello, no deja de ser interesante el como la familia se va diseccionando ante los ecos de la guerra que emanan permanentemente de una atmósfera que para otros es relajo y, para ellos, se vuelve tensa y turbia.
-“TERAPIA FAMILIAR” (Eslovenia) de Sonja Pronsenc: Si “Teorema” de Pier Paolo Pasolini enfrenta la degradación de un grupo familiar ante la presencia de un atractivo joven que los hace sucumbir por su irrefrenable deseo sexual, esta producción toma parte de esa idea con la llegada de Julien (Aliocha Schneider), el desconocido hijo francés del patriarca Aleksander Kralj (Marko Mandic), un esnobista escritor que tiene una familia integrada por la artista Olivia (Katerina Stegnar) y su hija adolescente Agata (Mila Bezjak). Ambos saben poco o nada del otro, pero Julien aportará a un grupo caprichoso, excluyente y egoísta, una dimensión ética y empática como para sanar las heridas de todos ellos con el resto del mundo. Aunque la película es impecable desde su diseño de producción y sus milimétricos encuadres, la fábula se estanca por los ademanes del director de beber de otras fuentes evidentes como las de Wes Anderson o Yorgos Lanthimos, coronando mucho esfuerzo por sacar adelante una historia impostada y con una narrativa “prestada” que se siente mucho menor a sus motivos de homenaje.
-“AZULADO” (Austria) de Lilith Kraxner y Milena Czernovsky: La primera gran sorpresa del festival lo es esta historia de tono contemplativo y con una vocación por el espíritu de lo cotidiano y personajes en estado natural dentro de sus propios conflictos. Así, el seguimiento individual de las veinteañeras Errol (Leonie Bramberger) y Sasha (Natasha Goncharova) las muestra como seres erráticos, disfuncionales e inconformes, aunque su capacidad para salir de sus propios marasmos y ensimismamientos sea mínima. Pero la comprobación de esa sola y frágil condición es la afirmación de una voluntad que va más allá de ellas por encontrar su lugar en el mundo y de hurgar en el universo de lo “queer” como una fuerza liberadora, capaz de encausar una búsqueda urgente y necesaria. Ejercicio de imprescindible visión por su extraordinario minimalismo y sensibilidad.